En los últimos años se está imponiendo la tendencia del diseño web responsivo, es decir, aquel que se adapta al dispositivo de visualización en vez de desarrollar versiones diferentes.
Yo era muy crítico con este tipo de desarrollos ya que las web que cumplían esta característica me parecían más bien poco prácticas y con las pantallas actuales de los smartphones, que han ido creciendo en tamaño y resolución, me resultaban más cómodas las versiones clásicas de escritorio.
Pero como en todo, el problema no residía en la herramienta o la tecnología, sino en el uso que las personas hacen de ella y por lo tanto si yo no me encontraba agusto con una web responsiva era un problema de diseño y tecnológico.
Y es que volvemos a uno de los más clásicos problemas en el diseño y la producción, la falta de conexión con el usuario y su experiencia de uso.
La UX o Experiencia de usuario no es algo estático fijado a unas normas, como muchos parecen creer, sino que cada producto y característica de usuario demandará unas necesidades concretas.
Cuando hablamos de diseño web la experiencia de usuario está muy influenciada por la arquitectura de la información, y si esta no está correctamente diseñada da igual lo perfecta que esté programada la web o lo bonita que sea, la experiencia del usuario no será satisfactoria y seguramente produzca frustraciones que acaben ocasionando rechazo hacia el producto.
Por lo tanto si queremos desarrollar un buen diseño responsivo no tenemos que ser los mejores programadores del mundo, lo cual solo es una fortaleza interna para la empresa, que como decía aquel anuncio “La potencia sin control no sirve de nada”,sino saber ponernos en la piel del usuario, empatizar con él, y diseñar el producto que él realmente está demandando.
Vale bien, ¿pero entonces es necesario trabajar con diseños responsivos?
Pues si, y muchos son los beneficios que obtendremos de estos desarrollos:
- El producto estará orientado al usuario, si hacemos lo que tenemos que hacer, claro :).
- El contenido, lo más importante para satisfacer lo anterior es que el contenido sea verdaderamente relevante para el usuario.
- El contexto, este contenido se adapta al usuario en cada momento, tanto al dispositivo que utilice como a sus hábitos de consumo.
- Un único desarrollo para controlarlos a todos, es decir, que no necesitarás realizar varias versiones de tu web y por lo tanto la gestión se simplifica considerablemente.
- Eficacia en SEO, una sola web, a la que apuntar los buscadores, para todos los dispositivos, es decir, la homogeneidad es un punto a favor ya que entre otros Google prioriza los diseños adaptativos.
Queda claro que la responsividad ha llegado para quedarse y facilitarnos las cosas, pero las empresas deben ser responsables a la hora de desarrollar sus productos y para eso es básica la figura del diseñador, pues es el que mejor conoce al usuario o sabe llegar a él.
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